¿Por que dar?
Cómo hijos de Dios, damos porque Dios nos ha dado mucho. Dios no necesita nuestro dinero, pero sí quiere lo que representa: nuestros propósitos, pasiones y prioridades. Damos para hacer un impacto en la vida de las personas, tanto local como a nivel mundial a través de los esfuerzos de la misión. Damos para aumentar el Reino a través de nuestra generosidad para que otros puedan conocer mejor a Jesús y sanar sus corazones.