- Nos presentamos ante Dios como
Aclaramos que esta serie está basada en el libro “Cortes Celestiales” por Robert Henderson.
Introducción
Un día me contó mi hermana como mi sobrino cuando pequeño tenía una capa azul, se la ponía, se subía a una silla y saltaba y luego decía: ”Hoy no volé, pero lo voy hacer un día” Todos se burlaban de él como niño. Cuando creció y tuvo computadora se la pasaba jugando juegos de volar aviones. Quería aprender a volar en un simulacro que el mismo se compró con sus ahorros.
Recuerdo como lo criticaban, pero él era como que estaba sordo a lo que le decían. No le importaban las burlas de los demás. No pudo ser piloto, por su vista, pero aprendió a volar. A los 25 años ya volaba aviones con quien hoy es su esposa; ¡y es buenísimo! Mi sobrino desde pequeño entendía mejor lo espiritual que nosotros como adultos. Y esto siempre lo pude comprobar en los años que trabajé con los niños. Y en mi propio testimonio de niña y en mis hijos.
Si queremos recibir las promesas que Dios tiene parar nuestras vidas y movernos en lo sobrenatural tenemos que cambiar nuestra forma de pensar. Tenemos que pensar como los niños y ver el mundo espiritual como ellos. De hecho la Biblia la Biblia dice en Mateo 11:25
“En aquel tiempo, hablando Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque ocultaste estas cosas a sabios e inteligentes, y las revelaste a los niños”
Si quieres cambiar tu vida, si quieres tener una solución, si quieres recibir lo que estás esperando tienes que aprender y tienes que entender cómo funciona el reino de Dios. No vas a recibir tu respuesta, tus victorias, ni lograr la libertad sobre área con la cual estás luchando mientras no entiendas que lo espiritual gobierna lo natural. Para esto tienes que aprender a orar en las diferentes dimensiones de la oración.
Jesús puso la oración en tres dimensiones, Dios Padre, Dios amigo, Dios juez. La primera dimensión para acercarte a Dios como padre se encuentra en Lucas 11:18. El Espíritu Santo revela la paternidad de Dios, sana nuestras heridas y nos consuela.
Cuando conocemos a Dios y llegamos a tener una mayor revelación de él nos enamoramos de él lo vemos como padre Jesús nos dice cuando oren digan padre nuestro que estás en los cielos está en Lucas 11: 2; por eso la primera dimensión de la oración es acercarse a Dios como Padre.
En Lucas 11:5 – 6 “Jesús nos dice: supongamos que tienes un amigo y recurre a él a medianoche y dices amigo préstame tres panes un amigo mío que está de viaje ha venido a visitar y no tengo comida para ofrecerle”
La segunda dimensión de la oración es acercarse a Dios como amigo. Jesús enseñaba los discípulos las tres dimensiones de la oración la primera se relaciona con Dios como Padre lo que representa la satisfacción de nuestras propias necesidades y deseos.
El segundo aspecto es acercarse a Dios como amigo, con la imagen que Jesús pintó de un hombre que tenía un amigo necesitado y a quien no podía ayudar, así que recurrió a otro amigo. Nosotros somos los que no podemos ayudar, pero podemos acudir a nuestro amigo para pedir ayuda; estamos en una posición de intercesión.
Llegamos ante Dios, el Padre, por nuestras propias necesidades y deseos. Llegamos ante Dios como amigo por las necesidades de los demás. La tercera es cuando llegamos ante Dios como juez cuando nos encontramos frente a un adversario.
Lucas 18: 1 – 8 Jesús enseña sobre la oración a través de una parábola mostrando a los discípulos que siempre deben orar y no de verdad se por vencido. Les dice que había una viuda que llegó ante un juez injusto y quería justicia de su adversario. Él no estuvo de acuerdo de inmediato, pero al final le dio lo que quería porque ella seguía molestando. Jesús les dijo que Dios venga rápidamente vengarán a sus propios elegidos que claman día y noche ante él.
La tercera dimensión de la oración es acercarse al juez o entrar en un sistema judicial.
Cuando Jesús hablaba de una viuda que se acercaba a un juez injusto, no Es un juez injusto; Jesús estaba diciendo que si una viuda cuido o pudo obtener un veredicto de un juez injusto cuanto más podemos nosotros, sus hijos, comparecer ante el juez justo, el juez de toda la tierra y verlo pronunciar veredictos en nuestro nombre y en nuestro favor.
CONCLUSIÓN
Llegamos ante Dios, el Padre por nuestras propias necesidades y deseos. Llegamos ante Dios como amigo por las necesidades de los demás. Pero llegamos ante Dios como juez cuando estamos frente a un adversario. para esto tenemos que entender las verdades del Reino Espiritual como un niño. eso fue lo que hizo que mi sobrino soñara y cumpliera sus sueños.