¿Queja o Gratitud?

¿Qué es lo qué más sale de tu boca: ¿Queja o gratitud?

¿Te has escuchado a ti mismo cómo habla?

Es muy fácil quejarse por todo, el reto es el ser agradecido. hay muchos significados acerca de la gratis, pero me encantó el de las Naciones Unidas contra el crimen y la droga.

La gratitud: Es la cualidad de ser agradecido, consiste en apreciar los aspectos (no materialistas) de la vida y la voluntad de reconocer que los demás desempeñan un papel en nuestra voluntad emocional.

Según la Biblia, la gratitud, es un sentimiento de aprecio y agradecimiento por las bendiciones o los beneficios que hemos recibido. al cultivar una actitud de agradecimiento, seremos meas felices y más fuertes espiritual y emocionalmente.

Significa también nuevas oportunidades cada día de invertir nuevamente en aquellos que están a nuestro alrededor. Es como un pequeñito regalito que damos a Dios.

Si pones tu mirada en todas las cosas buenas que te suceden en el día, en vez de enfocarte en lo malo o negativo; esto te ayudará a eliminar amargura y el sentido de que “yo me lo merezco”. al reemplazar los pensamientos negativos y depresivos con la comprensión de que Dios, que tanto te ama es quien te ha llenado de cosas buenas y que incluso hasta las “cosas malas” que te suceden en la vida, estas pueden ayudarte para ser mejor, aunque en este momento no lo comprendas. he aprendido que no se tarta de la situación, sino que se trata de mi actitud ante la situación.

Te cuento :

Ayer llegué al hospital a hacer una ronda como las que hago cada semana. Estaba cansada, agotada. Tuve una mañana la cual podría llamarla “de locos”, por causa de la enfermedad de mi mamá, el Alzheimer’s, los que tienen familias con esta enfermedad, saben que hay días que son sumamente estresantes. Ayer fue uno de esos.

Desde que me levanté hasta que logré salir para la clínica de mi hermana, donde ella se queda hasta que regreso del hospital donde voy cada semana a prestar mis servicios como voluntaria, pasaron un montón de cosas estresantes y todas “negativas”, malas. La deje en la clínica y cuando ya estaba llegando al centro médico, me llama una amiga y me pregunta que dónde estoy. Cuando le dije: Llegando al hospital, me dijo: “Sabes que el funeral de la mamá de Marta, es ahora en la mañana? (unan compañera de trabajo perdió a su mamá y no se porque pensamos que era el viernes, es decir hoy). le respondí: “No es maña viernes”. Nop, me dijo, es hoy a las 10am en Conroe. Yo estaba en el centro de Houston y eran las 9:30am. Tuve que salir “volando” para el funeral. Llegué ya habían comenzado, al terminarse y saludar a todos los conocidos allí, nuevamente sale “volando” para el hospital en el centro médico.

Day gracias a Dios, porque al llegar me sentía cansada, extenuada, estresada. En otras circunstancias de mi vida esto no hubiera sido nada para mí. Pero en verdad esta situación de casa, me traía cansada. (Tú que me estás leyendo, por favor, recuerda que no estás en mis zapatos, eso hace que quizás no me vas a entender, así que no me mal interpretes, quizás tú problema es otro y puede que también sea súper pesado para ti. A todos nos pasa algo diferente).

Siguiendo mi historia. La verdad, no quería ni entrar a ver a los pacientes, porque ellos lo que necesitaban era alguien que estuviera en una situación más favorable en ese momento. pero tenía que ir. ¿Te ha pasado, que sabes no estas en condiciones de hacer algo, pero debes hacerlo aunque no quieras? ¡Exacto! Así estaba yo. Pero mi Dios es maravilloso, siempre sabe lo que necesito. Entré a un cuarto donde estaba una señora acostada en la cama y un hombre sentado a su lado acompañándola. Ellos estaban risa y risa. Le dije:

T. “Aquí como que hay fiesta! ¿Qué me perdí?

(más risa les dio esto y comenzaron decirme llenos de risa):

P. “Es que aquí ponen la sangre y luego te la quitan”, parecen vampiros quitándole la sangre a uno. Yo no se para que me la ponen, si me la van a quitar de regreso.”

(dice el hombre)

E. Seguro se la tienen que ir a poner a otro y como estamos en recesión, no hay suficiente en el hospital.

Esta conversación entre ellos dos dio pie para que comenzaran a decir chistes y chistes de todo lo que le estaba pasando y lo que le hacían los médicos. Todo se convertía en chiste para ellos. No pude ni tan siquiera presentarme y decirles quien era y a lo que había ido cuando entró una enfermera con su boca de oreja a oreja, me imagino que ya sabía lo que iba a escuchar.Cuando la vieron dijo E. la paciente:
E. Les dije, aquí está la vampira de nuevo.

Entre risas y risas me despedí. Y Dios me recordó algo que todo el tiempo le enseño a la gente y que conozco muy bien. no se trata del problema, se trata de la actitud. De hecho, cuando salí de la habitación me di cuenta de que todo mi estrés se había ido, y hasta el cansancio que sentía. comencé a darle gracias a Dios por esto y me enfoqué en lo que había ido a hacer y en mis objetivos. Mi mente cambió, me sentí gozosa, agradecida a Dios por lo vivido.

Te invito a que hoy al terminar el día te hagas un análisis de qué te sucedió desde que te levantaste hasta que te fuiste a la cama. ¿Cómo actuaste en cada momento? Si no sabes hacerlo, pregúntale a los que viven contigo o a tus compañeros de trabajo.

A esto llamo yo:
“De adentro hacía afuera: Agradecido”

  1. Mi examen de gratitud
    • Miro el mundo con agradecimiento y expreso mi gratitud a Dios y a los demás?
    • Reconoczco las bendiciones que he recibido en mi vida y expreso mi gratitud a Dios?
    • La verdad, no me había puesto a pensar en esto hasta ahora.
    • Aún me falta mucho para desarrollar un estilo de vida de gratitud.
    • Me quejo muchísimo.
    • Tiendo a concentrarme en mis problemas y casi siempre se los comento a los demás.
  2. Sí identificaste algún momento en el cual fuiste un mal agradecido, cuando ni tan siquiera la razón tenías, piensa cómo puedes reaccionar la próxima ves, para que actúes de forma agradecida.
  3. Sí te cuesta trabajo ser agradecido, porque estás pasando por una situación difícil, ve a los pies de Cristo y entregársela a Él. Háblale, dile cómo te sientes, Abrele tu corazón.
  4. Si tienes que pedir perdón o perdonar a alguien, hazlo. Te sentirás libre al hacerlo.
  5. Escribe una oración de agradecimiento la cual puedas repetir cuando las cosas no te están saliendo bien o cuando te sientas tentado a ver lo negativo.
  6. Si sientes que no p puedes solo, pide ayuda. Busca un coach emocional, un terapeuta que te quiere como hacerlo.

Recuerda: ¡No tienes por qué estar solo en esto!

Salmos 28: 7 “El Señor es mi fuerza y mi escudo; mi corazón en el confía. De él recibo ayuda. Mi corazón salta de alegría, y con cánticos le daré gracias”

1 Corintios 16:34 “Alaben al Señor porque él es bueno, y su amor perdura para siempre”

Así que:

¿Qué es lo que más sale de tu boca; ¿Queja o agradecimiento?

Por Tamara Garcia